¿“
El fin justifica los Medios” o
“El que quiere el fin, quiere los
Medios” ?
Al
terminar de mirar el film “Wag the dog”(1997), quedo con la
sensación de que no sólo se trata de una bien realizada campaña
política acompañada de una muy planeada estrategia comunicacional,
para generar una “cortina de humo” sobre una denuncia de abuso sexual al presidente de la nación. Creo
que hay un trasfondo aún más profundo...
Si
bien el análisis filosófico no es el tema de este posteo no puedo
evitar pensar que el autor del libro de la película haya tenido
influencias de los clásicos “El Príncipe” de Maquiavelo o el
"El Contrato Social"“Contrato Social” de Rousseau. Por ello es la licencia que me
permití en el título de este trabajo.
Aunque
en apariencia son dos obras literarias muy dispares existen puntos
de encuentro entre las ideas de ambos: la
necesidad de conservar el Estado, la valía de la prudencia en el
gobierno de las naciones, el ejemplo del gobernador como persona
pública o la importancia de rodearse de buenos ministros, según lo
analiza Roberto
García Jurado
(2012).
Para
N. Maquivelo el pragmatismo y el realismo son base del sistema
político. Por ello hace énfasis en las formas efectivas de obtener
y mantener el poder, y lograr el control, aunque haya que resignar
los ideales en perjuicio de la naturaleza del gobernante ideal o la
forma de gobierno.
Mientras
Rosseau destaca
que a través de la fuerza de las leyes, el imperio de la opinión y
la atracción del placer, se puede influir en las costumbres del
pueblo. Siendo fundamental en su obra: la importancia de la opinión
pública en la regulación de la conducta ciudadana, la forma en que
se divierte y entretiene el pueblo y como modelan las opiniones de
los ciudadanos.
Increíblemente
las premisas de ambos pensadores aparecen en la temática del film,
con un carácter provocador e irónico, lo que la hace vigente aún
hoy, 21 años después de su estreno.
Como
lo expresa Bernard Cohen (s.f.) "
...puede que los medios de masas no tengan éxito la mayor parte de
las veces a la hora de decirle a la gente lo que tiene que pensar,
pero tienen un éxito asombroso cuando se trata de
decirle
al público sobre qué tiene que pensar .." .
El
cine y la televisión por aire, como medios de comunicación
populares, dominaron la escena hasta la llegada de Internet, en
cuanto a penetración en la sociedad y generación de imaginario
social, por encima de la radio y la prensa escrita que tuvieron su
apogeo décadas antes.
Ya
en la década del 60 Marshall
McLuhan
decía sobre los medios que no son canales pasivos de información
porque no sólo dan la materia del pensamiento sino que también le
dan forma al proceso del pensamiento.
El
tema sobre la
generación de imaginario social
a partir de la información o desinformación, es hoy tan actual como
lo fue en la Francia del siglo XVIII cuando J. Rousseau publicó su
Contrato Social.
“Wag
the Dog” es una obra digna de referencia en lo que a comunicación
estratégica y manejo de crisis se refiere. Transporta al público a
una situación tragicómica, similar a hechos ocurridos y muy
difundidos dentro y fuera de los Estados Unidos en los años 90.
Esta
película trabaja profundamente con las mejores y las no tan buenas
prácticas de planeación y ejecución estratégica de una campaña
de comunicación de interés público para superar un escándalo
íntimo del presidente que se postula a su reelección.
Dicha
campaña de comunicación, que es toda una puesta en escena o
ficción, apela a lo emocional en su estrategia para sensibilizar a
través de la imagen, del audio, de los mensajes oficiales y otros
más personales que generan empatía o adhesión a la causa.
Al mismo
tiempo se busca distraer la atención e involucrar a la opinión
pública, aumentando la confianza y la credibilidad, el sentido de
patriotismo y la lealtad.
Viene
a tema la afirmación de Juan A. Jodar en su trabajo “Estudios cinematográficos: revisiones teóricas y análisis”, Número 71, al decir que si la energía
fue el motor de la Revolución Industrial, la Revolución Tecnológica
gira sobre el eje de la información.
Internet
o la Red como sistema
de comunicaciones desempeña cantidad y variedad de roles en nuestras
vidas e influye de una forma amplísima sobre nuestros pensamientos,
a los que algunos afirman que los están reprogramando. En
Estados Unidos se estima que un 62% de los ciudadanos reciben
noticias a través de las redes sociales: twitter, facebook,
instagram, youtube, etc.
Campañas
televisivas con producción cinematográfica como la planteada en
“Wag the dog”, ya no serían exitosas desde esa única
plataforma.
En esta era digital de la inmediatez en las
comunicaciones globales, es inverosímil pensar que la noticia de una
falsa guerra con un país europeo, durara en los medios algunas
horas o que no se descubriera aún más velozmente el verdadero
perfil del heroico soldado a través de un motor de búsqueda en
Internet.
Si
bien las
noticias falsas inundan las redes sociales y se viralizan en un porcentaje más
grande que las verdaderas, considero peligrosa la desinformación
que generan en la población.
Una
persona desinformada que tiene que tomar decisiones generalmente lo
hace en forma equivocada.
Han ocurrido actos de violencia y
graves delitos por las reacciones
emocionales,
como sorpresa, ira o
enojo
que
provocan en los usuarios.
Las descarto de plano porque considero
éticamente incorrecto valerse de ellas para una estrategia de
campaña de éste tipo o de cualquier otro, máxime si es de interés
público.
"Constantemente
tratamos de sintonizarnos con los sentimientos que sospechamos que la
gente tiene o quiere tener" (BBC Mundo, 2016).
Para
lograr esa sintonía, en la actualidad se cuenta con el “streaming”
que es una herramienta relativamente fácil y potente, disponible en
muchos servicios digitales de Internet, que permite acercar a la
población a acontecimientos o imágenes “en vivo” o en
diferido.
Lograr
adhesión a una personalidad política exaltando sus competencias,
revirtiendo la imagen negativa y minimizando los efectos de sus
acciones poco felices,“vender intangibilidad”, es un trabajo que
las campañas abordan en cada cambio de gobierno.
Para
ello el apoyo de “influencers” que se identifiquen y apoyen
públicamente al personaje de la campaña es otra estrategia a
considerar como muy viable.
Mensajes
emotivos, sencillos, coloquiales pero verosímiles de íconos del
deporte, de la cultura, del espectáculo, como también del obrero
real y de la trabajadora doméstica, logran sensibilizar.
El
éxito o el fracaso de comunicar está condicionado más en la forma
que se trasmite, que en lo que se comunica, sea el contexto que sea.
Así,
“en un mundo digital, el medio no es el mensaje, sino una
encarnación de éste. Un mensaje puede tener varias encarnaciones
que derivan de manera automática de la misma información”
(Negroponte, 2000, p. 116-117).